Nos levantamos pronto como casi todos los días. El bar donde queríamos desayunar está cerrado pero la panadería portuguesa de en frente sí está abierta. De hecho nos gusta y nos cuesta barato, como aquí dicen precios solidarios (zumo, dos “napolitanas” de jamón y dos cafés 35 Bf todo). Serge se compra un sombrero y compramos para comer. Nos bajamos al embarcadero y de camino nos ofrecen un viaje a cayo Peraza por 150 Bf. Nos dejan en la isla y acordamos la vuelta para las 4 y media.
Cayo Peraza es un islote sobre corales de arena blanca y vegetación. Es muy pequeño, se da la vuelta en 10 minutos. Buceamos y ,aunque al principio no parece interesante, después nos encanta. Damos la vuelta a la isla a buceo ( una buena horita) y vemos toda clase de peces y corales. En general, los corales están bastante deteriorados por un vertido que hubo hace unos años. A las 4 y cuarto el “lanchero “ ya nos está esperando.
Agotados y con ganas de una ducha regresamos
al hotel. Ya nos han cambiado de habitación y ésta es minúscula. Tiene aire acondicionado
y televisión y ha ta una nevera de plástico. Vamos a Internet a un ciber ( 6 BF
la hora0’60 €). Nos tomamos unas cervezas en el restaurante de un vasco, con
vistas al malecón. Damos una vuelta por el pueblo, y volvemos al Txalupa del
vasco a cenar. Serge pide pollo a la parmesana y Emili espaguetis con marisco
(200 Bf con dos cervezas). Hay tanto marisco que Emili no lo puede acabar.
Bajamos a pasear al Malecón que está lleno de gente y con un ruido atronador.
Decidimos comprar bebida y tomarla en el hotel.
Compramos ron, cervezas y hielo ( )5BF), Un poco caro. Tras vario
cubatas tomados en la azotea, nos vamos a dormir
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